SIN ROPA Y CON PAPAS GUISÁ, relato por Alba Amador

—Hoy vamos a cenar largo, Elvirita. —Como reinas, hija, como reinas. La voz dormida, DULCE CHACÓN El himno nacional termina de sonar en un colegio de monjas de Triana y la clase se da por finalizada. Luis se rasca la cabeza decepcionado. Si él ya sabía lo que habría cuando respondió a Jacinto… Pero aún así lo hizo, qué remedio. Su madre le propinará un buen cosqui cuando llegue a casa, eso lo tiene claro, como también tiene claro que su padre se pondrá a mascullar sobre lo mucho que le cuesta ganar las perras como para que él ande haciendo el canelo en el colegio en lugar de estudiar. Pero no es un chico travieso, para nada. Lo que pasa es que no se deja manejar, nadie se le monta encima, como él dice. —Manuel, su hijo es un segundo Domingo Savio —había asegurado alguna vez una monja a su padre. Pero esta vez está castigado con otros cuatro chiquillos. Uno de ellos llora a su lado y suplica a la joven que lo perdone, que a la próxima se va a portar bien. Luis resopla con una son...